Resultado: F.C Cartagena 2 - 1 Deportivo de la Coruña
Alineaciones:
F.C Cartagena:Reina, Txiki, Chus Herrero, Abraham Paz, Kijera, Dimas, Mariano Sánchez, Collantes (Bolado min.77), Toni Moral, Antón (Marc Fernández min.74) y Lafuente (Cléber min.62).
Depor:
Aranzubia, Laure, Colotto, Aythami, Morel, Bergantiños, Jesús Vázquez (Bodipo min.69), Salomao (Saúl, min 42), Guardado (Valerón min.56), Lassad y Riki.
Goles:
1 - 0 Collantes min.41
2 - 0 Antón min.46
2 - 1 Riki min.59
Tarjetas:
1 - 0 Collantes min.41
2 - 0 Antón min.46
2 - 1 Riki min.59
Tarjetas:
F.C Cartagena: Dimas, Moral y Chus Herrero. Expulsó a Manolo Gaspar
Deportivo de la Coruña: Jesús Vázquez.
El Cartagena luchó hasta la extenuación para infligir al Depor su cuarta derrota de la temporada. Los coruñeses no reaccionaron hasta que llegaron los golazos de Collantes y Álvaro Antón, pero fue demasiado tarde. Riki puso el tanto de la esperanza para la hinchada herculina, que ve cómo el Hércules se distancia en nueve puntos.
El Deportivo regaló demasiados minutos con un equipo que carecía de salida de balón. Sólo las incursiones de Saúl y Valerón dieron sentido al juego desplegado por los de Oltra. El asturiano puso innumerables centros al área de Reina, pero el arquero solventó el peligro con brillantez. El Depor sigue conociendo el material del que está hecho la Segunda: hormigón armado.
El Cartagena arrancó el partido queriendo el balón en todo momento, con dos señas de identidad. La primera estaba clara, balones al espacio para la velocidad de Collantes. La segunda era no perder balones tontos y chutar nada más avistar la guarida de Dani Aranzubía. Los locales lo hacían todo bien, menos tener creatividad en los metros donde se deciden los partidos y también los campeonatos.
Collantes insistió con el guión y fusionó los dos preceptos en uno para hacer un golazo con un tiro lejano que se envenenó antes de convertirse en manjar para los dioses. Quedaban cinco minutos para acabar la primera parte. El Depor despertó de su letargo y creo más ocasiones en ese tramo que en el resto del tiempo, tirado por la borda con estulticia. Riki pudo empatar con un cabezazo a bocajarro, pero Reina lo evitó. Colotto lo hizo todo para marcar a la salida de un córner con un potente tiro, pero un compañero suyo se interpuso en el camino.
El Cartagena protesta un penalti sobre Toni Moral. El futbolista local fintó y mandó a dormir a Colotto. Cuando ya estaba a punto de rematar, tropezó con el cadáver y se fue al suelo. El argentino no lo vio, eso es evidente, y Moral hizo por verle. Jugada digna de un proyecto de fin de carrera de un criminólogo.
Sin tiempo para saber si los de Oltra habían aprendido la lección tras el descanso, Álvaro Antón definió en el 47 un golpe franco como mandan los cánones. Balón tocadito y estatua obligada de Aranzubía. Valerón seguía viendo la afrenta desde la banda. Los cambios dieron aire al Depor. El canario puso el cerebro, Saúl la furia asturiana y la profundidad, y Bodipo, otra referencia en ataque. Guardado se fue como vino, con las manos vacías, y Jesús Vázquez también enfiló el túnel de vestuarios tras una amarilla y poco más.
Como si de un espejismo se tratase, Lassad se frotó los ojos y puso un centro medido. Allí apareció Riki para, ni sí ni no ni todo lo contrario, poner una minúscula capa de gomina a la pelota y batir a Reina. El Depor se creció por momentos, pero los buenos centros de Saúl no encontraban rematador. A Bodipo le faltaba siempre una cuarta. La misma que le sobró en su caída sobre la raya del área. El árbitro interpretó que era fuera, como podía resolver que era dentro. Pero el Depor no puede escudarse en ello.
El Cartagena apeló a su espíritu de sacrificio jaleado por los vítores de un estadio que recupera la fe. Gaspar vio la roja desde el banquillo por protestar, Mariano pasó tanto tiempo en el suelo que algunos pensaban que estaba en una sentada, los recogepelotas vacilaban a Riki quien respondía proyectando su saliva. Cléber exageraba unas dolencias en el descuento y Pino Zamorano lo castigaba negándo el permiso a reingresar en el terreno durante más de dos minutos, cual exclusión de balonmano.
La única verdad, argucias al margen, es que el Cartagena mantuvo con vida una victoria trabajada como pocas y que sacó de quicio a los de Oltra. Un Depor que vendía fútbol de toque en pretemporada y al que el fútbol le dio su cuarto toque en la verdadera temporada. Y es que en Segunda división no reparten nubes de golosina, sino más bien guindillas de las de toda la vida.(Fuente: Marca.com)
Deportivo de la Coruña: Jesús Vázquez.
El Cartagena luchó hasta la extenuación para infligir al Depor su cuarta derrota de la temporada. Los coruñeses no reaccionaron hasta que llegaron los golazos de Collantes y Álvaro Antón, pero fue demasiado tarde. Riki puso el tanto de la esperanza para la hinchada herculina, que ve cómo el Hércules se distancia en nueve puntos.
El Deportivo regaló demasiados minutos con un equipo que carecía de salida de balón. Sólo las incursiones de Saúl y Valerón dieron sentido al juego desplegado por los de Oltra. El asturiano puso innumerables centros al área de Reina, pero el arquero solventó el peligro con brillantez. El Depor sigue conociendo el material del que está hecho la Segunda: hormigón armado.
El Cartagena arrancó el partido queriendo el balón en todo momento, con dos señas de identidad. La primera estaba clara, balones al espacio para la velocidad de Collantes. La segunda era no perder balones tontos y chutar nada más avistar la guarida de Dani Aranzubía. Los locales lo hacían todo bien, menos tener creatividad en los metros donde se deciden los partidos y también los campeonatos.
Collantes insistió con el guión y fusionó los dos preceptos en uno para hacer un golazo con un tiro lejano que se envenenó antes de convertirse en manjar para los dioses. Quedaban cinco minutos para acabar la primera parte. El Depor despertó de su letargo y creo más ocasiones en ese tramo que en el resto del tiempo, tirado por la borda con estulticia. Riki pudo empatar con un cabezazo a bocajarro, pero Reina lo evitó. Colotto lo hizo todo para marcar a la salida de un córner con un potente tiro, pero un compañero suyo se interpuso en el camino.
El Cartagena protesta un penalti sobre Toni Moral. El futbolista local fintó y mandó a dormir a Colotto. Cuando ya estaba a punto de rematar, tropezó con el cadáver y se fue al suelo. El argentino no lo vio, eso es evidente, y Moral hizo por verle. Jugada digna de un proyecto de fin de carrera de un criminólogo.
Sin tiempo para saber si los de Oltra habían aprendido la lección tras el descanso, Álvaro Antón definió en el 47 un golpe franco como mandan los cánones. Balón tocadito y estatua obligada de Aranzubía. Valerón seguía viendo la afrenta desde la banda. Los cambios dieron aire al Depor. El canario puso el cerebro, Saúl la furia asturiana y la profundidad, y Bodipo, otra referencia en ataque. Guardado se fue como vino, con las manos vacías, y Jesús Vázquez también enfiló el túnel de vestuarios tras una amarilla y poco más.
Como si de un espejismo se tratase, Lassad se frotó los ojos y puso un centro medido. Allí apareció Riki para, ni sí ni no ni todo lo contrario, poner una minúscula capa de gomina a la pelota y batir a Reina. El Depor se creció por momentos, pero los buenos centros de Saúl no encontraban rematador. A Bodipo le faltaba siempre una cuarta. La misma que le sobró en su caída sobre la raya del área. El árbitro interpretó que era fuera, como podía resolver que era dentro. Pero el Depor no puede escudarse en ello.
El Cartagena apeló a su espíritu de sacrificio jaleado por los vítores de un estadio que recupera la fe. Gaspar vio la roja desde el banquillo por protestar, Mariano pasó tanto tiempo en el suelo que algunos pensaban que estaba en una sentada, los recogepelotas vacilaban a Riki quien respondía proyectando su saliva. Cléber exageraba unas dolencias en el descuento y Pino Zamorano lo castigaba negándo el permiso a reingresar en el terreno durante más de dos minutos, cual exclusión de balonmano.
La única verdad, argucias al margen, es que el Cartagena mantuvo con vida una victoria trabajada como pocas y que sacó de quicio a los de Oltra. Un Depor que vendía fútbol de toque en pretemporada y al que el fútbol le dio su cuarto toque en la verdadera temporada. Y es que en Segunda división no reparten nubes de golosina, sino más bien guindillas de las de toda la vida.(Fuente: Marca.com)
Lo mejor: Primera victoria de la temporada en casa, segunda de la temporada y cuarto partido sin perder. Consigue marcar 2 goles. Llega con la moral por las nubes para el derbi.
Lo peor: Sigue en descenso. Tiene un calendario muy complicado, a priori.
El próximo partido, el día 30 de Octubre contra el Murcia.
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